EL MUNDO
Un hombre del pueblo de Neguá, en las costas de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, dede allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
El mundo es eso - reveló-. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todos los demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.
(Galeano)
...Necesito acercarme de nuevo a ti...
4 comentarios:
yo con la frase final me derrito, y eso que no soy un bombon... ¿o si? jaja...Bueno paranoias nocturnas!
Besoteeeeeeeeees
galeanooo¡¡¡¡
jeje esto ya lo habia leido, pero recordarlo hace que leerlo signifique aun mas, pues hara 4 o 5 años que lo leí :-S ...
fueguecito mio desde alli arriba aun ardes mi vida con ganas¡¡¡
Me encanta galeano. ¿El libro de los abrazos?
Beso
mola la metáfora....
besos
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